Retomando el hilo

 Vagamente recobraba el sentido. Tenía la sensación de no estar en su cuerpo. A su alrededor, sólo oscuridad. Inmensidad. Vacío. El silencio de la nada interrumpido por la constancia de un oleaje. Un tiempo eterno. Su espíritu volaba con las demás partículas arrastradas por el aire. No sabía de ella, ni de nadie, ni quien era o en donde estaba y qué hacía allí. Flotaba. No tenía idea de cuanto tiempo llevaba flotando en aquellas aguas saladas… podía tratarse de un día o de… doscientos años. Recordó su nombre y volvió a enterrarse en el vacío, escuchando un rumor lejano, el pesado deslizamiento de la quilla sobre las densas aguas, el ruidillo aparatoso de los aparejos de la embarcación que se acercaba.  Recordó que se llamaba Sarah Hamilton.

A su lado, un quejido perturbador la estremeció recordándole que no estaba sola. Junto a ella, otro cuerpo… o tal vez otro espíritu flotaba. La espesa y gigantesca sombra la envolvió. Voces ásperas, órdenes bruscas, el choque de remos contra las aguas giraron a su alrededor. Manos callosas  y rudas de repente alzaron su cuerpo desvanecido. Entre murmullos, asombro y olores de cuerpos salinos y húmedos, su cabeza dio vueltas y se perdió en un profundo abismo negro. Ya no escuchó nada más. Sólo entendió remotamente que vagaba y vagaba sin rumbo. Sin tiempo…

Ingrid Gómez Natera 

2 de agosto 2010

He retomado el hilo (o las lineas) de uno de mis trabajos que ha permanecido en estado de hibernación por mas de cuatro años. Me quedé congelada en la pagina 32, (como el resto de los 18 trabajos más que esperan ser concluidos). Espero que esta vez la primavera de mi inspiración dure hasta culminar con éxito el punto final. Vuelvo a tener ilusión, ilusión de re-econtrarme con frases, textos, lugares, objetos, personajes y momentos que se quedaron atascados en un espacio indeterminado.