domingo, 31 de julio de 2011

EXPRESION DE UN ANCESTRO

Dicen que mi raza ha desaparecido, que se ha perdido en el tiempo, que la ha borrado el olvido. La verdad es que a todos estos años hemos sobrevivido, ocultándonos en la sombra de un recuerdo, en el olor de la nada. Amparándonos en el vacío que dejó nuestro nombre. Sólo aprovechando del sol, que tanto amamos, el reflejo del alba, y del río sus profundos misterios. Después, tenemos que dejar de ser lo que somos y vivir en otro cuerpo. Volvernos objetos inanimados o higuacas sin nidos, convertirnos en trozos de canarí, en dijes de madera, en árboles raros o en cibas deformes. Encomendándonos a nuestros dioses hasta que llegue la noche. Así por  siglos hemos sobrevivido. Mirando como se destruye nuestra tierra, como secan nuestros ríos, como deshacen nuestra historia y como inventan con nuestra memoria.

Soy Cibaniona. Vengo de una tribu de la sabana, descendiente de nitaínos. Soy heredero de estas tierras. Nos pertenecen desde que el tiempo fue tiempo, pero la siento como una tierra extraña. Antes decían que era la colonia, ahora dicen que es la patria, pero para nosotros es sólo nuestra tierra porque de colonia y de patria no sabemos nada. Solo sé que éstas son las tierras de Maguá. Las tierras por las que murió Guarionex.

He crecido, como todos los de mi pueblo, con esta historia clavada en el pecho escondiéndome de la  libertad que me reclama, acogiéndome a los consejos del behiche y de las ancianas. Vemos  nuestro mundo a través de los huecos de las ramas, en el espejo del agua o en el sabor de la leyenda de una guayma.  Muchos nacieron, vivieron y murieron conociendo así nuestras alegres montañas, recogiendo anaó antes de que saliera el sol, y construyendo canoas de ceiba. Solo así resistieron, navegando en los párrafos de esas leyendas. No vieron de otra manera las playas y apenas conocieron el turey azul. Y así, cantaron el areito alrededor de Nonum. Ese hermoso rito era lo único que les hacía sentir libres de verdad, envueltos en el humo confuso y perfumado de cohoba y cohíba, danzando al son de güiros y maracas. El areito era lo único que vivíamos en realidad porque nuestro mundo, simple y llanamente, estaba limitado a las leyendas, y nada más.


Ingrid G. Gómez N.
2004

9 comentarios:

  1. ¡Hola querida amiga! perdona que últimamente no tengo mucho tiempo para volar por la red, y siempre es un placer encontrarse con tus letras.
    Hoy traes historia, vidas antes que la nuestra y no por ello menos importantes, civilizaciones que en su tiempo y en su momento fueron únicas, y que se pisotearon y borraron porque la historia tal parece que la escriben siempre los vencedores.
    Un abrazo lleno de afecto

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  2. Preciosa reflexión, Ingrid, todos klos pueblos de América (y del mundo) tienen una historia detrás del cuento del patriotismo, una génesis que quedó sepultada bajo toneladas de colonizaje de todo tipo.

    Un beso!
    Blanca

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  3. YO TAMBIÉN TENGO SANGRE NATIVA!! EXCELENTE GRITO.
    BESOS

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  4. Que hermoso lo que has compartido.

    con que placer las letras transportando tan puros sentires, son leidas.

    Cariños

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  5. h
    Hola..gracias por tus palabras en mi blog.Yo valoro muchísimo todo lo ancestral, lo antigüo, lo auténtico. Las raíces de las razas...y su esencia. Preciosa entrada. Un beso y hasta pronto.

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  6. Saludos, mi estimada compatriota:
    Me acaba de fascinar el alma con esta historia, Vicsabelle; soy un arduo defensor de lo que aún queda de la cultura taína, no suelo expresarlo en mis letras, pero sí en mis pinturas y dibujos, pues el lienzo o el papel me permiten comunicar mejor mis ideas en cuanto a esto se refiere. muchas de éstas están publicada en mi perfil de faceboook.
    Es decir, amiga, que yo también, como hijo que soy de Caonabo y Anacáona, reyes del Sur profundo, soy también un guerrero taíno.
    Gracias, Vicsabelle, por regalarnos tan hermoso relato. Un gran y dominicanísimo abrazo, dulce compatriota.

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  7. falta conocer más sobre Centroamérica y también sobre su cine. Saludos.

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  8. Hola Ingrid,
    Por fin, después de muchos días de error consecutivo en la plataforma de Google, puedo dejar un comentario.
    Excelente relato de defensa de lo tuyo, felicidades. Ojalá sirviera para encender un clamor popular para que arrancaran la estatua de Anacaona a los pies del asesino conquistador de unos de los lugares más emblemáticos del país.
    Te adelanto que mi tercera novela tiene mucho del tema que has tocado hoy...
    Saludos y felicidades por el escrito

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  9. Hola Alondra,Blanca, Reltih, Abuela, Francisca, Rodolfo, David, Jordi, gracias por dejar sus comentarios. Este es un relato que aprecio mucho, lo escribí con una gran carga de emoción y nostalgia por las todas las cosas que perdimos de nuestros indígenas y que jamas sabremos. Efectivamente quisiera que sea como un grito en reclamo al olvido en que han caído nuestros ancestros.
    Abrazos a todos

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