Esta tremenda autora británica, en su obra autobiográfica, La Hora de Verdad (1999), nos cuenta, entre un ir y venir, su biografía, que en realidad no es una biografía como tal, si no pedazos de su hacer literario, del que nos habla con cierta vanidad, que ella reconoce con una buena dosis de humildad y buen sentido del humor. Es sorprendente lo que esta mujer logra hacer a su edad, pues ya hoy roza los noventa años.
Es muy interesante lo que piensa esta autora sobre los futuros escritores, al observar lo que la maquinaria propagandista es capaz de hacer y sobre todo de la literatura en el futuro, frente a los avances tecnológicos. Ella considera que el método de vender libros promocionando a los escritores como si fueran estrellas de pop, es un fenómeno curioso, incluso absurdo. “He advertido que, hoy día, los escritores nuevos, jóvenes y físicamente atractivos empiezan con una ventaja considerable. La campaña publicitaria será un éxito; la imagen es promocionada y será aceptada.” Lo que significa, a su juicio, que autores que adolezcan de este mérito tendrán escasas posibilidades de ir muy lejos con sus libros.
También nos habla, sin ningún temblor, de lo que piensa de otros autores, como este caso donde ella dice que “…el fenómeno curioso del que, Top Model, una novela supuestamente escrita por Naomi Campbell, constituye un ejemplo. Vivimos en una época que, pese a su sofisticación aparente y a los avances tecnológicos, distingue por la necedad y la credibilidad reinantes. ¿Qué interés puede tener un libro firmado por Naomi Campbell, a menos que ella lo haya escrito realmente?” es obvio que muchos autores con talentos como el americano Donald Bain, han acumulado cierta fortuna con esta practica de hacer libros por encargos. Qué tanta satisfacción podría dar a un autor auténtico, que vea el nombre de otro en la portada del libro que él escribió y que ese otro también se lleve los méritos. Pero si es ganar sólo dinero lo que quiere, amen.
Otro comentario interesante que cabe bien en cualquier argumento de la Ciencia Ficción y que alarmaría a los autores que empezamos en este camino difícil del mundo literario, al considerar la posibilidad de materialización: “Pronto llegaremos a un punto en que los ordenadores escribirán éxitos de venta después de que alguien introduzca en la máquina las dosis necesarias del sexo y violencia. A continuación, el editor buscará un joven o una joven con una cara moderna, las medidas apropiadas y una vida sentimental y sexual escandalosa y colocará su nombre en la portada. Supongo que después el libro se venderá hasta por Internet y sin duda causaría una sensación literaria.”
En el mundo real literario, los aspirantes a escritores que piensan que existe alguna formula mágica para publicar o que el editor aceptará el manuscrito, sólo porque un escritor famoso lo recomiende, a ellos J. P. James dice que los editores son hombres de negocios, no filántropos, pero necesitan nuevos talentos y, en su opinión, un aspirante a novelista que escriba bien, capaz de contar una historia y de crear esa complicidad entre el escritor y el lector que constituye la esencia de la ficción, acabará por encontrar editor.
A continuación cuatro principios importantes que esta autora recomienda a los aspirantes a escritores:
1ero: Leer mucho, no para copiar el estilo de otro sino para aprender a conocer y apreciar una buena redacción y para ver cómo otros escritores consiguen el resultado. La mala redacción, por desagracia, es contagiosa y debería evitarse el contacto con ella.
2do: Practicar la escritura en todas las formas; el oficio se aprende practicando, no hablando de él. A algunas personas le ayudan los cursos de escritura o los círculos de escritores, pero no son para todo el mundo.
3ro: Aumentar el vocabulario; la materia prima del escritor son las palabras y, cuantas más tengamos a nuestra disposición y podamos usar con efectividad y seguridad mejor.
4to: Agradecer toda experiencia. Eso significa vivir la vida con todos los sentidos alerta: observar, sentir, relacionarse con otras personas. Nada de lo que le pasa a un escritor cae en saco roto.
P(Phyllis) D(Dorothy) James, nacida en Oxford en 1920, la época entre guerras, es creadora del detective Adam Dalgleish, su personaje más famoso, que resuelve diversos casos en Una mente asesina (1963), Muertes poco naturales (1967), Muerte de un forense (1977) y Estratagemas y deseos (1989). Varias de sus obras han sido adaptadas en series de televisión como Sangre inocente (1980) o Sabor a muerte (1986). En 1994 publica Pecado original y Muerte en el seminario (2001), entre otros muchos títulos de género policiaco y de no ficción como la Octava Victima.
Apenas tenga oportunidad procuraré leer algo de esta escritora. Muchas gracias por traerla, amiga,
ResponderEliminarUn besote!
Blanca
hola
ResponderEliminarme encanta tu facilidad para analizar la literatura
un placer haberte descubierto
saludos
Blanca, P.D. James es una escritora que hay que leer, aunque únicamente he leído de ella, Sabor a Muerte y su biografía La Hora de la Verdad, de la que he sacado estas recomendaciones que todo escritor que recién empieza, debería considerar...
ResponderEliminarUn Saludo
Un Placer tenerte por aquí l'amour y, en cuanto a mi facilidad... Qué decirte, intento hablar de como mejor lo comprendo...
ResponderEliminarBienvenid@!!!!
Una mente muy lúcida la de esta mujer a sus noventa años, me pido ser como ella a su edad, jeje.
ResponderEliminarY muy buenos sus consejos, sencillos y útiles.
Saludos.
Eso digo yo, Lola, a los noventa años aun combatiendo, es un privilegio. También la envidio sanamente. sus consejos y los análisis que ha hecho sobre algunos escritores son muy interesantes.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por estos consejos y opiniones de P.D.James. Siempre va bien escuchar a las grandes.
ResponderEliminarSaludos
Estoy muy de acuerdo contigo. Son los ejemplos a seguir..
ResponderEliminarUn Saludo