5:00 a.m.: Medio me despierto. Es una buena hora para continuar escribiendo la escena que dejé sin terminar anoche. Pero está tan calientito y aun sigo con tanto sueño, que continúo dormitando.
5:30 a.m.: ¡Ahhhhhhh! El llanto de Víctor en la otra habitación. Otro silencio y espero a que siga dormido. El padre a mi lado se voltea en el lecho porque, en su inconciencia, no ha escuchado nada. Un llanto más largo y entonces voy de puntillas a ver. Le hago una caricia y se queda tranquilo. Vuelvo a mi habitación, miro por la ventana abierta, aun está oscuro. Busco sobre los árboles y encuentro a Venus: Hermoso, resplandeciente. Me satisface verle pues me recuerda que soy “madrugadora”. Pienso que es un buen momento para sentarme frente a la computadora y continuar la escena incompleta. El llanto de Víctor vuelve a irrumpir en la habitación y en puntillas regreso a su lado y le susurro algunas palabras para que no despierte a su hermanita. Le preparo su leche: 8 onzas de agua por 4 medidas de polvo, un bostezo más, algo de cereal. Bato bien el biberón y se lo llevo a la cuna. Me cepillo en lo que termina el biberón. Luego voy a la cocina. A través de las ventanas de vidrio sin cortinas, me sorprenden las oscuras y gigantescas nubes del amanecer. El horizonte empieza aclarar. Pongo el café, dentro de unos minutos podré sentarme en la computadora a continuar la escena inconclusa.
Recojo el biberón, terminado hasta la última gota. Víctor se queda tranquilito y le cubro con la sábana. Voy a la cama de su hermanita y ésta duerme de pastas abiertas roncando por las molestosas adenoides. La cubro también con su sábana. El café empieza a subir. Lo apago y me preparo mi taza. Me golpea la nariz su aroma peculiar. Miro por las ventanas y desde la altura de la casa, mis ojos vuelan por encima de los montes que la rodean, hasta llegar al horizonte donde se derrama un mar intensamente azul. El rojizo del sol naciente domina el paisaje y me siento tan dichosa de poderlo contemplar. Respiro. Un sorbo de café. Todos siguen dormidos y yo subo las escaleras y me siento frente al ordenador. Al fin podré continuar la escena. Me introduzco con todos mis sentidos en el hermoso acto creativo.
7:00a.m.: Siento pasitos ligeros correr abajo en el salón. Me desconcentro y espero. Los pasitos empiezan a subir las escaleras y a poco, en los barrotes veo una carita risueña despeinada y con algunas huellas de sabanas. “!Mi princesa!” digo e inmediatamente Isabelle sube a darme un abrazo y a ponerse delante de la computadora, como si fuera ella quien tendría que seguir el trabajo. Bueno… otra escena que continuaré dentro de un rato”. Me levanto y bajo a preparar el biberón de Isabelle: 6 onzas de agua por 3 de polvo, un bostezo y algo de cereal.
Vuelvo a la computadora y trato de penetrar nuevamente en la escena: unas cuantas líneas. Las borro y las vuelvo a escribir. Empiezan a fluir hermosas, con sentido, me emociono, ¡Guay!... estoy saliendo a camino con esta emocionante escena que me pone los nervios de punta o me asoma algo a los ojos…. ¡Guay! Al fin un diálogo con sentido y… escucho pasos pesados abajo en el salón. Se dirigen a la cocina. Un fuerte ¡Crak! abriendo las ventanas para que el aire entre a bendecir nuestro hogar. Un grifo que se abre haciendo mucho ruido al dejar salir el agua… el llanto de Víctor. Luego su carita también asoma en los barrotes de la escalera en brazos del papá. ¡Mi niño chulo! Le digo y… “Bueno el hilo del fascinante dialogo se ha quedado suspendido. Tendré que seguirlo mas tarde”. Ya todos están en pie. Papá preparándose un suculento desayuno y su café. Los niños tirando juguetes aquí y juguetes allá. Yo al pie de la escalera aun con el dialogo en la punta de lengua. Pero bueno… preparo el desayuno de los niños. El papá sale de la habitación, un pantalán en mano y se queja de que ese no tiene botón. Lo pienso bien y decido coser el botón que a planchar otro. El desayuno de los niños está listo. Y los llamo “!A desayunar!!! Ese es uno de los momentos mas difíciles… pero después de una intensa lucha logro que se sienten a la mesa. Ven el desayuno y por la expresión parece que no les agrada lo que mami preparó esta vez.
Entonces con el dialogo en un hilito rondando en mi cabeza, acudo a la granja y otros animales domésticos del rincón de los juguetes. Los despliego en la mesa y… la vaca hace ¡Muuu!… un bocado a Isabelle, el caballo hace ¡Jijiji! por un bocado para Víctor… y así sucesivamente con la esperanza de que la nana-femme de ménage llegue pronto y me releve, para yo poder subir y continuar con el dialogo inconcluso. Pero la nana-femme de ménage tardó en subir, puesto que se quedó abajo colgando al sol las ropas lavadas ayer. Cuando al fin sube… sonrisa de los niños, besos aquí, abrazos allá y la dejo a ella con granja y desayuno y vuelvo a subir. Cuando me siento otra vez, los dedos en el teclado, tecleo una palabra y veo el reloj. ¡Es hora de prepararme para ir a trabajar! Apago mi PC.
Continuará...
muy bueno tu escrito.
ResponderEliminarun abrazo
Gracias, Reltih, es solo una pequeña cronica de un dia cualquiera...
ResponderEliminarAbrazos.
Clarisimo el panorama que nos compartes, con aabores dulces de familia en movimiento.
ResponderEliminarCariños
Vicsabelle: Ayer pasé por aquí y no pude dejarte comentario, pues iba casi corriendo, hoy he vuelto a leer tu escrito y no te imaginas cómo me ha gustado. Un día más en la vida de una escritora "no profesional", es decir, que se dedica a todo menos a escribir y no porque no quiera. Creo que algo de eso comparto contigo, excepto por lo de los niños, que el único que tengo ya no vive conmigo, pero las interrupciones son frecuentes, y las pocas horas que puedo dedicar a la escritura nunca son completas.
ResponderEliminarPero me ha gustado la forma en que lo expresas, visual, muy bien relatado, y con su pizca de picardía, como buena dominicana!
Besos,
Blanca
Asi es abuela y trato de aprovechar cada experiencia como aconseja P.D. james...
ResponderEliminarUn besito
Gracias por tu visita, Blanca, eres tan atenta... Decidí escribir este texto y llevarlo a una entrada, porque pensé que podía servirme de desahogo. A diario me atormentan estos personajes y tramas y temas y diálogos y correcciones y, y... en fin, tantas cosas que vienen a la cabeza cuando se quiere escribir, pero es tan corto el tiempo y el espacio que se alejan, vuelven se alejan que es muy poco lo que puedo hacer... pero sigo insistiendo y mi insistencia la he querido compartir aquí...
ResponderEliminarUn Beso grande
Hola Vicsabelle:
ResponderEliminarUn relato magnifico, me recuerdan a mis hijos cuando eran pequeños.
Un placer leerte.
Besos
Tessa
Vicsabelle:
ResponderEliminarMi saludo, querida compatriota. Muy tenso e intenso «su día cualquiera», pero bien concebido; ha sido un placer leerle.
Un saludo fraterno.
Que bueno, Tessa, que tus niños han crecido. Es un etapa también difícil, esta que vivo en estos momentos, pero con sus recompensas. Gracias por tu visita...
ResponderEliminarGracias, Rodolfo por leer "ese día cualquiera". Recibe también mis saludos y mil gracias por pasar por aquí, eso es parte de las muchas recompensas que una puede recibir.
ResponderEliminarUn gran saludo
Un codazo en la espalda y el fulano de estambul se despierta y corre a atender al pequeñin y tu tendras oportunidad para tu PC.
ResponderEliminarHola eltauromquico: no tienes idea de lo que me ha hecho reír tu comentario. Lo vi ayer, a eso de las 6:00 pm y tanto, después de un dia dificil de trabajo. Abrí el blog y me encontré con tu comentario... Reconozco que tu recomendación es una buena solución, indudablemente, pero con los pequeñitos siempre hay cosas que sólo las madres sabemos hacer... siempre es agradable recibir visita de gente nueva.
ResponderEliminarUn gran saludo
Vic querida tienes un premio en mi blog, retíralo, espero te agrade. Hermosa familia y tu relato, muy bueno. Te espero,un besote.
ResponderEliminarGracias Mélody, eres muy amable... ya pasaré por tu blog
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Fue como meterme de lleno a tu vida diaria, y eso tiene un toque de intimidad... que intimida pero gusta
ResponderEliminarUn saludo grande desde este lado del Caribe
Hola Francisco, es grato tenerle por aquí. Es probable que le parezca intima mi entrada, pero solo he querido plasmar la dificultades cotidianas a que puede enfrentarse una mujer (u hombre) en el intento de escribir o hacer otra actvidad que le apasione.
ResponderEliminarUn gran saludo
¡Wow! Acabo de pasearme por acá y no puedo menos que felicitarte por la calidad, calidez y talento que despliegas.
ResponderEliminarMe ha encantado este lugar.
Lo gracioso es que me dije: "A esta la enlazo a los míos y me hago "Seguidora." Y cuando fui a hacerlo me encontré conque no solo ya había andado por acá, sino que la autora eras tu. ¡jaja! No entiendo porqué motivo no te tengo enlazada, ya mismo corrijo esa falta. Claro que soy un poco despistada. Ni se te ocurra preguntar a Blanca, que ya ha padecido mis distracciones esa querida y sufrida amiga, jaja.
Bueno, se ve que los hados me tienen cierta consideración pues lo importante es que he llegado y te digo que ha sido un paseo muy relajante y luminoso adentrarse en tus letras.
En cuanto a este tema que comento, es bello, bello. Y conmovedor. No sé..., a ver, cómo explicarte: esta forma de contar algo tan común, por ejemplo, como es este retazo de una jornada cotidiana tuya, en el acierto de su sencillez y calidad me ha maravillado. Fíjate que mientras leía iba atajando unos lagrimones que al final ¡se me cayeron nomás! Y de una forma tan inconsulta que hasta me resultaron impertinentes.
Se me hace que escribes con el alma sobre el teclado; la prosa tiene suavidad y un tono íntimista para nada habitual.
En fin, ya te he enlazado en los dos míos. ¡Faltaba más! Como diría Blanca!
Un gustazo conocerte.
Te mando un abrazo grande.
Hola, Turkesa, es un placer recibir tu visita. Me alegra mucho el que te gustara mi texto. Creo que hablar un poquito de lo agitada y compleja que suele ser la vida para las mujeres que queremos hacer mas que amas de casa, es siempre bueno. En definitiva aunque no tengamos poderes mágicos o especiales seguimos siendo supermujeres como dijo en algún momento por ahí, Lola Mariné.
ResponderEliminarNo tenía idea de que mi texto pudiera sacar lágrimas, eso fue tierno y me conmueve también!!
Hace mucho que te tengo enlazada y ya echaba de menos que no colgaras nada. A mi también me gusta lo que escribes, de hecho por ello estás en mi página y para mi igualmente es un gusto conocerte y compartir contigo en este medio.
Un Abrazote desde mi tierra cálida.