Parte II
9:35a.m.: Salgo del garaje y conduzco cuesta abajo con la esperanza de poder robarme unos minutos en el trabajo y terminar el diálogo que llevo gravado en la memoria USB. El portero registra la hora levantando la ceja derecha. Mando a llamar a uno de los muchachos para que revise la batería y el aceite de mi ”troncomovil”, mientras subo a las oficinas. Allí los teléfonos, aquí el fax. La compañera de trabajo me informa lo intranquila que ha transcurrido la mañana. Hay un hombre esperando que sólo habla francés… ¡Bon jour! Bon jour!! Y bla, bla, bla y los veinte minutos previstos para concluir mi dialogo se fueron allí. Me conformaré con terminarlo en la hora de almuerzo, pero ésta también se va, con la jefa suiza quejándose por aquí, gritando por allá, (Siempre me he preguntado si todos los suizos gritan así). Mi diálogo suspendido en cualquier rincón de mi memoria, mientras van cartas por allí, cheques por allá, estados aquí, llamadas allá, hasta que llega la hora de volver a casa.
5:10 p.m.: Es hora de partir (con suerte es más temprano) Apago la Mac intosh con la imagen de mi esposo y mi hija en medio de un mar intensamente azul, como fondo de pantalla. Cierro mi oficina y reviso las demás. Pongo la alarma y bajo la escalera diciéndome: ¡Por fin temprano a casa! ya tendré tiempo de sentarme a hacer algo antes de la cena.
5:35 p.m.: Conduzco cuesta arriba y mientras subo a lo alto de la casa, las caritas de los niños atestadas en la baranda de la terraza gritando: ¡Mami! ¡Mami! Eso es gratificante después de un duro día. Abrazos y besos y quejas y regaños y en fin... La nana-femme de ménage se despide después del resumen del día. Jugar un chin con los niños, hablar otro chin con el esposo, quien ha llegado mas temprano también. Bajo a regar las plantas que sembré en el fin de semana, una cosa aquí y una cosa allá, sin apartarme del dialogo fabuloso que quedó a medio talle y que me arde en el disco duro dentro de mi cabeza.
6:30 p.m.: Mientras los niños están frente a la TV aprovecho para hacerles un bizcocho: 2sss taaaazassss de hariiiina, 2ssss hueeevossss, azúuucar, eeetc., y batir y batir hasta que los niños descubren que mami hace biscocho y entonces corriendo vienen a ver: ¡Mami, Bichochoooo!!! Y como no alcanzan el tope de la cocina, buscan sus sillitas para poder subir y ver mejor lo que mami hace. ¡Uhhh! La mezcla apetitosa y en lo que doy una vuelta para tomar el molde, ya tienen sus pequeñitos dedos en la mezcla, ¡Uhhh drico, mami, drico! Tengo que quitarla corriendo antes de que la coman toda.
7:30 p.m.: Hora de la cena. Otra intensa lucha para llevarlos a la mesa. Y un cuento aquí, una canción allá, un dibujo aquí, una vaca allá, hasta que terminamos.
8.55 p.m.: Es hora de ir a la cama. ¡A la cama! Grita mami, ponen resistencia pero se entretienen en el baño, a cepillarse, la pijama, la última leche y a dormir.
9:30 p.m.: ¡Por fin! Puedo ir tranquila a sentarme frente al PC. Subo las escaleras, con menos ánimo que en la mañana. Cuando la enciendo escucho: ¡Mamiiii!!!!! Entiendo que tengo que bajar y queja aquí otra allá, y…hasta que vuelven a calmarse y yo a subir nuevamente las escaleras, con las rodillas aun mas pesadas. Los libros regados en todos lados me recuerdan que en algún momento debo ocuparme de ellos. Pero me siento frente al PC. Por fin empiezo a teclear. Pero el dialogo ya no lo encuentro tan interesante... No tiene la emoción que tenía en la mañana. Borro línea y las vuelvo a escribir hasta que empieza a surgir algo interesante nuevamente.
11:00 p.m.: se ha ido un poco lejos. Entre diálogos y escenas, y los personajes se están riendo de mí porque se han salido con la suya y ya no los puedo controlar. Tengo que revisar el esquema. Tengo que detener el libre albedrío de estos personajes. Bostezos y más bostezos. Bajo a prepararme un té. Tal vez ahuyente el sueño, pero el té solo me dio calor. Quiero seguir, pero el sueño y el cansancio me vencen. Tengo que conversar con la almohada por unas horas. Debo encontrar la manera de hacer obedecer a estos personajes, quizás mañana encuentre la manera y… bajo las escaleras arrastrando los pies y bostezando hasta mas no poder. Mañana será otro día para seguir intentando ser escritora. ZZZZ
buen relato mi amiga, se nota bastante real, ¿es real verdad?
ResponderEliminarabrazos
Hola Vicsabelle:
ResponderEliminarGracias por tu regalo, me ha gustado muchisimo.
Que dificil es escribir cuando llega la inpiración, creo que es importante
llevar siempre la libreta y el boli por si acaso, para los pequeños apuntes.
Besos
Tessa
¡je, je, je! Me recuerdas a mi. ¿Y si lo hacemos como las olas? Le gritamos: ¡María la O...! Se enoja, nos moja, se marcha... Volvemos a gritar... así, a borbotones, ora escribimos, ora vivimos.
ResponderEliminar¡Nunca habrá tiempo para una madre con dos niños, trabajo dentro y fuera de casa y un esposo! Sólo tienes una oportunidad: Esperar que todo el mundo se duerma ¡y a producir! O espera a jubilarte, pero debes tener todo cubierto.
Selma Lagerlof, la primera mujer en lograr el Nobel de literatura, decía que no podía vivir con nadie, pues las palabras de los demás retumbaban en su cabeza durante todo el día. Con el dinero del Nobel se compró la finca de sus padres que había sido hipotecada y siguió tabajando. No es lo ideal, pero está claro que sólo Isabel Allende tiene un marido maravilloso, hijos grandes y felices y ella se sienta a escribir a diario en lo que se consume una vela.
Hola, Reilth, Bueno... eso de real... Uhhh te lo dejo a la imaginación!!!
ResponderEliminarUn Beso también.
Tessa, ME alegra mucho de que te gustara el premio y el uso que le diste como buena soberana, Ja, ja, ja... ¿Siques trabajando duro en tus cursos y en la radio? Eres incansable
Un Beso
Ciertamente Neibi, es un gran esfuerzo poder lidiar con todos los elementos a la vez y todo ello por no morir en el anonimato y no dejar morir la pasión de escribir, ja, ja,ja!!!
ResponderEliminarHay que persistir hasta el final. Bueno y de retirarse, no es mala idea, pero... Jesús dijo: "No sólo de pan vivirá el hombre"... significa que hay que pagar la luz eléctrica para poder usar la computadora y poder leer de noche, pagar el internet para estar al dia y, y y... imagínate, para retirarse verdaderamente hay que tener un buen "fondito" ja, ja,ja!!!... Isabel Allende hoy tiene suerte de hacerlo de esa manera y tengo entendido que al principio tampoco le fue fácil, como a muchas otras que ya hoy viven de sus libros, pero que antes también tenían que lidiar con todos esos elementos al mismo tiempo.
Un Beso querida
Creo que tus crónicas reflejan más o menos los avatares a los que tenemos que enfrentar día a día, dejando al final de él (de lo que queda) para plasmar esa idea que hemos tratado de preservar a toda costa en la jornada.
ResponderEliminarUn abrazo,, amiga!
Preciosa foto. República Dominicana es un pa´raíso, sí señor!
Vicsabelle:
ResponderEliminar¡Que bien, querida amiga!, has esbozado las generales vicisitudes por las cuales atravesamos los "intentos de escritores" al momento de "visitarnos la musas", o sea, en el preciso instante en que la inspiración aparece. En mi caso particular es: que si tengo que ir al tribunal, que los papeles de la fianza para el reo, que el hábeas corpus de fulano, que si terminé la correción del libro tal y así, muchas otras cosas más, por el estilo. Ojalá y se pudiera tan sólo escribir, escribir, escribir y nada más que escribir, pues me gusta mucho más que respirar.
Un abrazo, mi dulce compatriota, y sigues intentando, al igual que yo, ser algún día una reconocida escritora.
Leer las peripecias de una mujer orquesta no???
ResponderEliminarCariños y buena semana!!!!!